domingo, 13 de diciembre de 2009

Relexion Limeña

Hace unos meses, estaba mostrando el centro de Lima a un grupo de universitarios de Estados Unidos, cuando uno de ellos, al ver las majestuosas casonas exclamó:

-¡Parece que acá también hubo una white flight!

En su país, la “huida blanca” fue una consecuencia no deseada del fin de la segregación racial: muchos blancos se trasladaron lejos de las zonas a las que deseaban mudarse los negros y, si tenían dinero, cambiaron a sus hijos a colegios privados.

Yo pude apreciar un fenómeno similar cuando visité Sudáfrica, siete años después que terminó el apartheid:

-Spot a white person! (¡A que no ven ningún blanco!) –exclamó la guía en una concurrida calle peatonal de Durban.

Los blancos se habían mudado a nuevos barrios, ubicados a casi una hora de distancia, donde paseaban felices por la playa y las únicas personas negras eran las señoras que recogían la basura.

Como mudos testigos del pasado, en la plaza principal de Pretoria, la antigua capital, quedaban las estatuas de los voortrekkers (colonos holandeses), con sus largas barbas. Cuando los vi, pensé en la Plaza Dos de Mayo, construida por el arquitecto polaco Malachowski, a semejanza de una plaza francesa. Allí también, las únicas facciones europeas que uno puede ver las tienen las estatuas que sostienen la columna principal.

Otros vestigios de tiempos de esplendor son el Club Nacional, edificado también por Malachowski, el Hotel Bolívar, el Banco Central de Reserva, el Banco de Crédito, el antiguo Banco Popular (donde tienen ahora sus oficinas muchos congresistas).

A inicios de los años treinta, la novela Duque de José Diez Canseco mostró la alegre vida de los limeños blancos y ricos (por si acaso, más de setenta años después, la trama todavía puede escandalizar a algunos lectores) y cómo empezaban a trasladarse hacia el sur de la ciudad, siguiendo la avenida Leguía, luego Arequipa.

Los primeros destinos fueron Santa Beatriz, San Isidro o Miraflores, donde se edificaron hermosas casonas de estilo neocolonial o inglés, con techos a dos aguas para una ciudad donde llueve dos veces en un siglo. Décadas después, retrataría Alfredo Bryce en Un Mundo para Julius las mudanzas a las nuevas urbanizaciones en distritos como San Borja, Surco y La Molina.

Un elemento emblemático de esta migración interna fue el traslado de los colegios religiosos: el San Agustín pasó del Jirón Ica a la avenida Javier Prado; La Inmaculada salió de La Colmena para ir a Monterrico. La Recoleta dejó la Plaza Francia y se estableció en La Molina. El Colegio Belén se trasladó a una nueva calle Belén, cerca del Golf de San Isidro. Sólo se quedaron el Salesiano, el La Salle, el San Andrés y el María Alvarado. En los nuevos barrios surgieron los colegios bilingües, como el Pestalozzi, el Markham, el Humboldt, el Roosevelt y el San Silvestre. Algunos, como el Santa Ursula y el Villa María (que de Miraflores pasó a La Planicie) eran al mismo tiempo religiosos y bilingües. El último colegio en mudarse fue el Raimondi, de Santa Beatriz a La Molina.

Sin embargo, las migraciones limeñas son un proceso que no puede reducirse a una “huida blanca” para alejarse de la “invasión provinciana”. Luego de la Reforma Agraria, llegaron también las élites cusqueñas, arequipeñas o norteñas, pero no se establecieron en los conos, sino en los distritos de clase alta. Hacia allí migraron también las familias chalacas de origen europeo, con la solitaria excepción de La Punta. Conforme ingresaban a la clase media, los nikkei también dejaron los Barrios Altos. Algunos de los barrios residenciales más alejados terminaron a su vez “encerrados” por los nuevos distritos populares que surgieron en el Cono Sur. Pueblo Libre, Jesús María y Magdalena se consolidaron como lugares de clase media y en los últimos años ha sucedido lo mismo con Los Olivos y varias urbanizaciones del Cono Norte.

Independientemente del origen étnico, los limeños siguen mudándose, de Breña a La Molina, del Rímac a San Miguel, de Zárate a Surco, buscando especialmente mayor comodidad y seguridad. En los últimos años, la ciudad ya no crece horizontalmente, sino hacia arriba y los nuevos edificios tienen una composición étnica muy plural, como también los colegios mencionados (rebautizados ahora como Recholeta, Inmacholada, Cholén) y las universidades de prestigio.

En este contexto de permanente movilidad social, a fines del siglo pasado, se produjo una nueva white flight, esta vez hacia las playas en el sur de Lima, pero la única forma de proteger un espacio étnicamente puro fue mediante muros, tranqueras, vigilantes. Desde mi punto de vista, estos ghettos voluntarios tienen sus días contados.

Cuando escucho a algunas personas quejarse que “niños de otros barrios” juegan en “su parque” me parece que subsiste la nostalgia por una sociedad segregada. Cuando miro a los transeúntes en Risso, Plaza San Miguel, el Megaplaza, el óvalo de Miraflores o la Universidad Católica, me parece que vamos en camino a una ciudad más integrada. Sin embargo, esta integración urbana sería simplemente ficticia, si algunos lugares de la ciudad parecen condenados al deterioro. Quien deja el Rímac, Barrios Altos o el Callao puede creer que ha solucionado “su” problema, pero los problemas urbanos son de todos, de los que migran y de los que se quedan.


Tomado de:
http://reflexionesperuanas.lamula.pe

Peru, Paraiso Gastronomico

La Gastronomía es aquel lugar en donde convergen personas de diferentes condiciones sociales sin importarles al menos en ese momento su status.

Mirando el documental “De ollas y sueños” te vas dando cuenta paso a paso como es que nuestra gastronomía una de las mejores del mundo por cierto está íntimamente ligada a nuestras costumbres, a nosotros mismos como individuos. Desde la selva, con el inimitable tacacho con cecina, pasando por la sierra y su pachamanca, llegando a la costa con sus deliciosos platos criollos. Recordamos por ejemplo a los anticuchos que según cuentan lo inventaron los esclavos de las sobras que les daban sus amos y fue tal su creatividad que al final de esas sobras hicieron un platillo que todos deseaban, si incluso quienes los despreciaban. Nuestra bendita gastronomía que en estos últimos años se ha re-valorizado y se ha puesto en boca de todo el mundo, pasando con éxito las fronteras y resultando en el deleite de los más exigentes paladares y haciéndose merecedora de diversos y por cierto merecidos halagos. Y no solo eso pues en estos últimos años algunos de los mas destacados chefs están poniendo el estudio gastronómico al alcance de todos, un ejemplo de esto es la escuela que Gaston Acurio ayudado por otras personas ha abierto en ventanilla en la ciudadela de Pachacutec.

Basta ver el éxito que han tenido los festivales que se han llevado acabo el año pasado en el cuartel del ejército en Miraflores y con Mixtura que se llevo a cabo este año y que fue un éxito total.

No hay más que decir, solo seguir disfrutando de nuestra privilegiada Gastronomía que es envidia de muchos y también ayudemos en lo que esté a nuestro alcance para poder difundirla y hacerla aun más conocida a nivel mundial.

No hay nada que hacer ,definitivamente Perú es el paraíso.

La migraccion provinicana a la capital


Leyendo a Ribeyro quien fue un testigo privilegiado (si así se puede decir) del cambio surgido en Lima desde 1940 hacia adelante pues vio como Lima se transformaba y dejaba de ser aquella ciudad de medio millón de habitantes en donde todos se conocían y se empezaba a transformar en la urbe caótica que es hoy en día.

No sé bien cuál es el punto de inflexión en qué momento exacto en el cual Lima empezaría a crecer de manera descontrolada hasta llegar a tener los 8 millones de habitantes que tiene ahora y que cada año la cifra se eleva más y más. Dicen que fue Velazco quien de alguna manera fue el precursor de la migración de la gente de la sierra pues vendió la idea de un lugar en donde se podía encontrar trabajo y en donde la vida sería mejor cosa que finalmente resulto no ser verdad para muchos.

La realidad es que la migración se inicia en la década del 50 y 60 y se consolida en los 70 y 80 y a raíz de esta migración es que nacen los asentamientos humanos y los barrios populosos tales como Comas, Villa el Salvador, San Martin y algunos otros.
Y tal ha sido la influencia de la migración para Lima que casi no quedan personas a las que podamos llamar Limeños puros (es decir que no tengan por allí algún antepasado que allá migrado a Lima), la realidad es que Lima es ahora una tierra casi dominada por las personas de provincias quienes nos han traído sus costumbres y que se han casi apoderado de la ciudad y debemos de aprender a convivir con ellas.

Pero hay todavía un sector de la población que se ha atrincherado en sus barrios y a base de rejas, vigilantes y tranqueras tratan por todos los medios de evitar lo inevitable, es decir el contacto con las personas de provincias, (esto se da basicamente en sitios como las Casuarinas o las lagunas de la Molina en donde no dejan ingresar a las personas ni siquiera a pie),aunque esto es casi imposible hoy en día, ellos siguen luchando por ello, aunque cada día son menos aun los hay y muchos de ellos han optado por irse al extranjero.

Y es que como dije no se puede tapar el sol con un dedo, Lima es lo que es y por mas racistas que seamos debemos de aceptar la realidad pues ahora Lima es como un pequeño Perú en donde todas las razas convergen en un solo lugar, una gran y caotica urbe.

Y como diría Ribeyro presagiando lo dicho anteriormente:
“Triunfo efímero fue el expulsar a esos cholos que hollaban nuestro espacio, pues ese era solo el primer anuncio de lo que cuarenta o más años después ocurriría, cuando Lima se vería cercada, asediada, y lenta, progresivamente ocupada por millones de gentes venidas del Ande.”

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Clasico fue crema


Como dirían por allí era un martes diferente con olor a clásico por todas partes, la gente aguardaba impaciente las 16 horas, a pocos minutos del inicio del cortejo la tensión crecía hasta que los equipos salieron a la cancha. Fue un primer tiempo donde la crema la toco mejor y merced a ello llegaría el gol de Piero Alva (con agradecimiento previo a Solís por el pase) y un tijeron que se clavo en el arco blanquiazul sin pedir permiso. Luego de irse al descanso y con los blanquiazules desesperados por el empate llegaría la figura salvadora de Fernández quien dejo su traje de Clark Kent en el vestuario y literalmente se hizo Superman con sus voladas espectaculares que nos hacían recordar las mejores épocas de aquellos grandes porteros de antaño. Y fue por el que la crema lograría el triunfo, el que en cada saque dibujaba una sonrisa pues sabía que estaba consiguiendo el objetivo. Y quien sabe si quizás el próximo domingo con su gente y en su reducto aflore la tradicional garra crema en una mayor dimensión y consigan el objetivo que lo tienen casi en el bolsillo. Por lo pronto Fernandez demostró como diría un colega que “La U tiene arquero”.

martes, 8 de diciembre de 2009

EL Escuadron de la Muerte


Según noticias recientes lo que algunos temían parece que se ha hecho realidad, Los vengadores anónimos de carne y hueso están empezando a salir a las calles a hacer el trabajo que a las autoridades les pesa hacer. “Escuadrón de la muerte“ es como se le denomina a este grupo de policías quienes cansados de los asesinatos y de la total anarquía que impera en la ciudad de Trujillo decidieron tomar la justicia por sus propias manos . Claro que quizás muchos no justifiquen los asesinatos extrajudiciales, pero y aunque suene duro decirlo que otra solución podemos encontrar si la policía atrapa a los delincuentes y a los días ya está libre de nuevo, es indignante. Y lo peor de todo es que a raíz del descubrimiento de este supuesto escuadrón muchos se han rasgado las vestiduras y defienden los derechos de los delincuentes abatidos, como si ellos pensaran en sus victimas.
Esperamos que a raíz de todo esto las autoridades encuentren soluciones concretas para acabar con la delincuencia o si no es así ese escuadrón de la muerte saldrá de Trujillo y se diseminara por todo el Perú , después no digan que no les avisamos.

La viveza de algunos

Solo quería apuntar en estas líneas un pequeño acontecimiento que sucede muy seguido en esta capital y que me llena de indignación. Se está haciendo costumbre de que algunas (pues estoy seguro que no son todas) personas que vienen de diversas provincias a vivir o trabajar aquí a Lima nos quieran agarrar a nosotros los que vivimos aquí tontos tratando de hacer con nosotros lo que a ellos les da la gana como por ejemplo cuando vas a arreglar un aparato y te dicen un precio y tu confiado aceptas, luego regresas y te das con la sorpresa de que no ha arreglado nada y ha aumentado el precio poniéndote mil excusas, y este es solo un caso, pues estoy seguro de que hay muchos más que no conocemos.
No estoy en contra de que la gente de provincia venga aquí a Lima , quizás uno me diría que no son solo la gente de provincias ,bueno en mi caso particular la mayoría de problemas que he tenido es con precisamente gente de provincia que quiere hacer el negocio de su vida con nosotros. Creo que les caería bien la frase
“Ama llulla” y “Ama Suwa”.